AJEDREZ, UNA DECISIÓN INTELIGENTE: Artículos

ARTÍCULOS DE DIFUSIÓN ESCOLAR

LA DIMENSIÓN SUBJETIVA DEL VALOR DE UNA PIEZA

Prof. Gabriel Ugás M.

A medida que el jugador aumenta su fuerza ajedrecística -como efecto del estudio y la práctica- comienza a percibir las piezas de modo distinto. Esto ocurre debido a la doble dimensión que poseen y que hace del ajedrez un juego eminentemente cognitivo. Primeramente están las piezas en sí, objetos visibles y palpables que atraen las miradas y el deseos de tocarlas (dada su característica fisonomía); pero además está su energía, es decir, aquél campo de fuerza invisible con el cual luchan e imponen su dominio.

Es así como la clásica formación de las piezas sobre el tablero de modo estático e inanimado representando ejércitos enemigos enfrentados, va dando paso en la partida -en un contexto dinámico del juego- a una concepción de "piezas vivas" en tanto potencias que despliegan energía.

Desde el punto de vista del valor, existe una conexión elemental entre ajedrez y matemática. Fruto de la diversa cualidad del movimiento da cada una de las piezas, se desprende un valor objetivo indispensable para calcular ganancias y pérdidas cuando se producen las capturas, para evaluar primariamente una posición, o la conveniencia de un intercambio. En este caso se habla de valor absoluto, obedeciendo a una gradualidad que va de 1 a 9 según la pieza posea un movimiento de alcance reducido o más extendido. Sin embargo, por tratarse de un juego donde no luchan piezas sino personas, éstas poseen además la facultad de ejercer control y dominio sobre un campo o área donde se desarrolla el combate. Esta otra dimensión de carácter subjetivo y psicológico da origen al valor relativo de las piezas.

La dimensión subjetiva del valor modifica reiteradamente los valores absolutos e incluso los invierte. En este sentido es ilustrativa la sentencia que emite el otrora campeón mundial J.R. Capablanca con respecto al peón: “un peón pasado aumenta su poder a medida que el número de piezas en el tablero disminuye”. Un ejemplo radical lo aporta Karpov en la posición en donde un peón es capaz de derrotar a un ejército enemigo completo (El Abecé del Ajedrez).

En el tablero las piezas negras avanzan hacia abajo.

Así es como en la cotidianidad del juego es posible apreciar que sobre el campo de batalla, según sea la ocasión, una torre vale igual que un caballo o un caballo igual que un peón.

Se puede concluir entonces que el valor relativo de las piezas hacen del ajedrez un juego de lucha y sufrimiento, de sacrificio, de adrenalina y de poder; todo en el marco de un proceso de abstracción donde este milenario juego se vuelve un excelente gimnasio para la mente.

BREVE HISTORIA DEL AJEDREZ

Prof. Gabriel Ugás M.

El origen del ajedrez es tan remoto que se pierde en las profundidades de los tiempos. Se piensa que surgió en la India o en la China durante el primer milenio antes del nacimiento de Cristo. Lo que está claro, es que con el surgimiento del Islam y su posterior expansión hacia Persia, el norte de África y Europa, el ajedrez consigue migrar a manos de los árabes desde Oriente a Occidente. Cuando los árabes conquistan España entre los años 711-1492 traen consigo el juego de Ajedrez que se difunde por el resto del continente europeo.

Hijas del profesor G. Ugás

En España se vivía la Edad Media, y cuando los artesanos talladores en madera quisieron reproducir las piezas que poseían formas orientales, lo hicieron siguiendo los patrones de la sociedad medieval, dando forma a las piezas tal cual las conocemos hoy en día. Así, el Rey y la Reina representan la autoridad máxima de la época (católicos, en clara oposición a los musulmanes), los Alfiles corresponden a los obispos (consejeros personales de los reyes), los Caballos a los caballeros medievales (soldados profesionales expertos y diestros jinetes), las Torres representan un arma de guerra muy sofisticada en esos tiempos: la catapulta, y finalmente los Peones, representando a los campesinos que trabajaban duro durante largas jornadas para producir el alimento necesario para abastecer a toda la sociedad. Como se puede apreciar, las piezas modernas de ajedrez representan a la sociedad feudal y su jerarquía estamental.

Los españoles serán los encargado de traer el ajedrez al nuevo continente tras la conquista de América durante el siglo XVI, y finalmente, con la expansión de Europa por el resto del mundo durante el imperialismo de fines del siglo XIX, el juego de ajedrez se expande por todo el planeta.

Hoy en día, este juego es considerado también una disciplina deportiva pues contiene todos los elementos de lucha que están presente en la competencia por alcanzar el triunfo: reglas, fair play, adrenalina, cansancio, entre otros. Lo que distingue al ajedrez de otras disciplinas deportivas, no obstante, es su carácter netamente intelectual. No existe el roce físico entre jugadores, la lucha se da solamente entre dos mentes que, podrían jugar incluso sin piezas ni tableros (ajedrez a la ciega), lo que otorga al ajedrez las posibilidades de abstracción absoluta.

Por estas características, esta disciplina se organiza en Federación, siendo la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, en sus siglas en francés) la segunda federación internacional con más países suscritos a nivel mundial, sólo seguido de la FIFA. Se organizan Torneos mundiales, Olimpiadas Internacionales, existe un ranking mundial, al igual que las demás disciplinas deportivas olímpicas. Por lo mismo, se han hecho gestiones para incluir al Ajedrez en los Juegos Olímpicos.